Morfología

Cuando hablamos de caballos en el lugar donde nos encontramos, Costa Ballena, no podemos evitar que acuda a nuestra mente la elegante estampa de los Caballos de Pura Raza Española y, aunque son variadas las razas que aquí se crían, ésta es la mas representativa.

El Caballo Español, inscrito actualmente en el Registro Matrícula de la Raza (Stood-Book) como Caballo de Pura Raza Española es uno de los animales mas apreciados del mundo, tanto por su atractivo morfotipo o conjunto armónico, como por su dulce carácter, airosos movimientos y diversidad de aptitudes. Es un animal sensible, de acusada nobleza, fácil de adiestrar y muy lúcido en el desarrollo de los aires, ya que realiza éstos con presencia y armonía.

El PRE es un caballo de presencia imponente, con aires elevados y espectaculares, de perfil facial subconvexo, cuello ligeramente arqueado y de longitud media y crin sedosa y abundante. El tronco es robusto y proporcionado, cruz discretamente ancha y destacada, dorso tendiendo a corto y musculado, lomo corto y ancho y armónicamente unido al dorso y la grupa.

La grupa es de longitud y anchura media, con predominio de la primera, redondeada y ligeramente oblicua. El nacimiento de la cola es bajo, por lo que ésta se mantiene pegada al cuerpo. La cola está poblada de largas y abundantes cerdas.

La Espalda del PRE es larga, oblicua y musculada. Su brazo fuerte y ligeramente inclinado, el antebrazo potente y bien dirigido. Sus rodillas son secas, fuertes y marcadas, cañas tendiendo a largas, tendones limpios, menudillos secos y destacados. Cuartillas ni cortas ni demasiado largas. Cascos compactos y de dimensiones proporcionadas.



Los muslos y nalgas del PRE son musculados, su pierna es larga y posee fuertes y amplios corvejones . El resto de la extremidad tiene idénticas características a las extremidades anteriores.

En cuanto al color de los caballos de Pura Raza Española, la Orden Ministerial que regula su pureza establece “Son dominantes las capas tordas y castañas, y admisibles otras”. Castaña, torda, negra, alazana, blanca, baya, isabela, ratonero, overo y todas las variedades de cada uno de ellas, haciéndose a menudo difícil diferenciarlas por sus sutiles matices.